NAVIDAD 2021


           Zaragoza, Paseo Independencia, Dic.2021 (Foto; Germán Martínez)



Últimas fiestas antes de partir hacia la serpiente emplumada.

Un hombre camina solo

y el semen de los dioses congela su cabeza.

Los labios del mejillón crecen

bajo la cortante helada

y la niebla quema un muerto.

La Navidad es un yo-yo destemplado

que se estira y vuelve hasta formar una columna desnuda.

La ciudad refulge su camisón de cruces invertidas

y año tras año mis lóbregos presagios se cristalizan.

La población yace sumida en un denso letargo,

divididos a cada lado de la serpiente,

mientras el Diablo forma un mismo fuego,

escribiendo sobre el suelo;

Feliz Satanás.


  Zaragoza, Calle T.Breton (Dic.2021)







DOS SERPIENTES

 




Dos serpientes se abren

y los niños tiemblan ante la muerte,

pero yo digo;

atadme las muñecas con serpientes

bajo las raíces del árbol marino

y seré espuma y pez;

aprisionad mi sexo con serpientes

custodiadas por ángeles

y seré piedra de templo ungido;

servidme en sacrificio a las serpientes

y mi carne será áspera y venenosa

sobre los juncos agrestes;

crucificadme, si así lo deseáis,

con entrelazadas serpientes

y mi Señor se alzará sobre los océanos 

desuniendo el bien del mal

y las serpientes 

regresarán a sus estrellas 

y de las tinieblas 

emergerá la luz.



VIERNES AMARILLO

 

El Dieciséis y El Diecisiete (Foto; C.Sandre)


Me despierto con lamento cavernoso

deshaciéndome en la llama de los antiguos muebles,

derramando vainilla sobre una fuente de absenta verde.

Hoy es viernes 

y los huesos del arpa se estrellan como fruta partida.

Hoy es viernes 

y los labios de la pared avanzan por la sombra 

cubriendo de niebla la nuca de Rockefeller.

Es el día en que los dioses matan a los hombres

con flechas de lengua y llamas ardientes.

Es un día recubierto por un gotoso amarillo iridiscente,

cuando suena la llamada de Aby

como un croissant recién hecho

en una central nuclear esponjosa y aromática.

Hoy, por fin, el ave sale de su nido

y una hamburguesa de niebla 

se fríe en mi espalda sudorosa,

desvaneciendo mi juventud pérdida

como un perro fantástico de amarga tónica.

Hoy es un viernes de transparente maravilla

con el viento levantando los ramajes

para otear al joven azul que fui

nacido de la espalda del caballo.

Hoy es viernes como fue viernes

aquel ayer, remoto y cercano,

donde me veo como un muchacho indiferente,

paseando con un ladrillo en la cabeza

entre pescaderías y enamorados,

cuando sentía el trueno de un niño

volando hacia otro mundo

de columnas arenosas y micro despertares.

Aquel era yo,

minotauro tejido de la estrella,

embistiendo con cuernos de ceniza a las muchachas 

entre playas de mugriento serrín y mieles silvestres.

Un joven de cuerpo celeste 

con el empeño de un burro amarillo 

descendiendo hacia El Casco 

por el desfiladero del Devizio,

con vestidura de hielo perforada por los muertos,

alumbrando Citera o Disneylandia

con antorcha de hondo suspirar 

hacia el trono del gran salón de baile

cubierto de abejas.

Era yo, sin duda,

aquel cráneo de luna sumido en su propia tempestad,

rodeado de tiernos huesos en el jardín del Diecisiete,

sin rozar a aquella chica de frente

cayendo sobre la espuma 

con su mapa de rubios cabellos extendiéndose lentamente

entorno a mi existencia como una ráfaga fría,

entre las brumas de aquella Zaragoza mágica y cruel,

recorriendo los contornos, la resonancia oscura

de las chupas de cuero muertas sobre las barras

en aquella difunta lápida de papel.

¡Oh Zaragoza, cómo te añoro!

¡Cómo te recuerdo y no recuerdo!

...porque todo en mí fue narcótico...

un desfile de esqueletos sobre la acera rota

recogiendo las porquerías del cielo y de la tierra

en una red dorada y efímera.

Todo lejano y brumoso...

y, sin embargo, aún puedo sentir

los besos húmedos con fresa

y el crujir de los pezones en la sombra

convirtiéndose en ceniza,

desatando nubarrones y certezas

sin recordar su nombre,

tan sólo

la sutil semejanza con Emma,

imposible como ella

y, por tanto, yo indiferente,

negado a cualquier guerra.

Y, entonces, una turbia Nochevieja,

me dijeron que yacía loca por mí,

con la garganta atravesada por un sidecar,

pero yo...yo no podía recordar su nombre,

no sabía pronunciar entre rosas preñadas de fetos 

el nombre de Dios o de la Virgen envuelta en sus vapores,

cuando tiempo después 

traté de hallarla armado con una piruleta ensangrentada

entre los muertos que avanzan silenciosos por la barra.

Ella, rociada por el queso de los gnomos,

sí conocía mi nombre

y lo pronunció lánguidamente;

"Adiós Cristián, adiós..."

muriendo un poco con la mirada llena de ciempiés 

y yo atrapado entre el gentío sin rozarla,

perdiendo un camino y algunos trozos de mi pene en la cerveza,

abriendo la feroz soledad que acamparía por lustros

en el jardín de Emma con su gruta incendiada de negros abedules

y oscuros andares.

Fue pasando el tiempo,

atrayendo mujeres rompe sueños

y máscaras de barro colgadas sobre el muro,

refugiado en una bella locura de bosques lóbregos y pinturas antiguas

con el diablo ofreciéndome su venenoso diente,

arrancando los cabellos a los banqueros,

disperso en las brasas del crepúsculo,

cantando a las nubes con cabello 

junto a ebrios marinos envidiosos...

cuando una tarde otoñal,

me tumbé en el alfombrado follaje

y con su arco de plata

Aby Ángel emergió 

lanzando su flecha contra mi alma

más allá de los cuarenta tocinos verticales.

¿Pero quién fue aquella otra mujer

de pálida efigie,

vampira de mi juventud

a quien no besé ni rocé?

Quién sabe...sólo el vino lo sabe.

!Adiós, amada! !Adiós cómo te llames!

Cuán ásperas flores y luengas madrugadas

fui empalmando viernes con sábados,

recogiendo los ojos caídos de las diosas anfibias.

Cuántas risas y agonías ahogadas

en botellas de crepúsculo por plazas vespertinas,

intentando disimular mi cascada de lechosos diamantes

en la fría y húmeda penumbra.

Y ahora la frente ajada y pensativa;

a dónde fueron aquellos habitantes de la noche,

aquellos helicópteros de goma negra

retorciéndose como renacuajos de un arroyo intermitente...

¿aún vagan por el oscuro río de la memoria?

¿todavía recorren las aguas negras

destruyéndose como niños

para convertirse en hombres serviles?

Existe un rincón de silencio en medio del gentío,

alejado de coches y negocios,

llorando en los pantalones un pájaro de espectros 

hacia el metálico ámbito de las tribus.

Vivo solo porque así lo quise,

tendido en la hierba fugitiva como una bandera al viento,

meciendo las barbas del anciano niño,

pero un día cruzaré el océano para poseer lo que es mío.

Todos alguna vez perdemos un camino,

abriéndose otros

que no son peor ni mejor destino 

que el perdido por mí

aquel viernes amarillo. 



Un Camino (Foto; C.Sandre, 2021)


ME ARRANCASTE EL ABISMO

 

Ahora recuerdo la peluda casa de tus padres 

y el río que atravesaba el despacho silvestre

junto al jardín disecado,

donde jugamos a ser niños

nadando contra corriente.

No hubo dolor en mis latidos,

ni palpitantes sonidos,

sólo crujientes cabelleras colgadas en la niebla

durmiendo la siesta ante tu huella humeante.

Luego me arrancaste el abismo,

tendido entre tus brazos musgosos,

mecido por el canto afrutado de los niños.

Ya no siento nada,

ni siquiera cuando te beso siento angelitos 

en un vaso con olor a rosa.



Peregrinación a Citera (DETALLE) (Watteau, 1717)


Un Ejército De Dedos Come Un Helado

 




Un ejército de dedos come un helado,

un contorno sin definir

de encanto placentero.

Rockefeller me habla sobre el Diablo

con pupilas agoreras

y laurel negro en el cabello.

El eco de la flauta

me empapa de nostalgia,

con su lamento inútil de esperanza

me recuerda que vivir es hacer daño

y el bosque

una hoguera de fuego verde

para el peregrino.





Los Astrónomos Son Cáscaras de Naranja

 

Los astrónomos son cáscaras de naranja 

con las venas como tristes juncos hacia el abismo.

Dentro de una tienda de campaña,

Rockefeller amasa pan

con los muslos de una cascada de feministas.

Ha caído la estatua de Cervantes

insigne esclavo en Argel.

Las trompas de mis cojones se llaman Raúl 

y una flor se convierte en mosca

llenando mi cara de arrugas,

rompiéndose en pedazos.

Los relámpagos son tallarines eléctricos 

que buscan el pecho de la tierra

y encuentro sapos acariciados por el viento

y un enano debajo del papel.

El alcalde se viste con pieles de animales

revolcándose entre cenizas,

mientras la sirena llora palabras que caen.





LLAMAS NEGRAS

 

Veo la mano del diablo

poblando los cuellos del hombre

y sus dientes crujiendo entre llamas negras.

Los carniceros ríen tras de mí

cerrando una puerta de diamante,

mientras camino hacia una inmensa ola.

En la ventana de vulva dulce,

el niño ha muerto 

como un perro apagado 

y cada arruga de mi rostro 

es un recuerdo de tus rosas.




LA DOCTORA RÍE

 

La doctora ríe 

y aprieta mi duro glande en el fondo del pozo,

donde el ahorcado es un péndulo lleno de mordiscos

y mi abuela una máquina de coser 

defecando tornillos y agujas.

John D. Rockefeller.

El carruaje porta los nervios en un cofre

y palabras dulces para esperar la muerte.




HELADO DE DRÁCULA

 


Mi condena son los mocos del avestruz

colgados del árbol regado 

con sangre de piruleta,

helado de Drácula untado en sudor.

La soledad no tiene casa en la penumbra

y el pájaro enmudece 

cuando el Diablo tañe su guitarra

llena de raíces y espinas.

Los hijos de Baal se empinan

hirviendo labios sobre una puerta

de enhiestos senos violeta.

En el jardín de los cerezos 

no hay tambores,

sólo un hombre perdido y sin padre 

con su isla de garganta.




LUIS ROSALES


Veo tus ojos apuñalados por el hierro

con acento de oliva 

meciendo palabras mágicas 

y algún silencio misterioso

cuando de repente una pregunta 

torna el semblante torvo

desprendiendo un aire lánguido 

rodeado por lobos 

y una maleta de espuma

se dispone a marchar atemperada 

atrapando el cable de la vida

sosteniendo el peso de las cosas que sabes

frente a la muerte y al ámbar trasparente

y entonces...

queda tu amistad eterna 

tu verso conmovedor y claro 

viridiano e infinitivo 

de un maestro suave y sencillo 

iridiscente y pulcro

de belleza poética absoluta.





La Isla Donde Nacen Rosas Y Muchachas Abandonadas


Peregrinación a Citera (Jean Antoine Watteau, 1717)



He construido un fuerte con las hojas que he encontrado,

fuera de él ando sin rumbo conocido.

Tal vez en la frontera de la niebla se acabe mi destino

y entre las ruinas abandone mi música 

para hacer el amor con la astronauta.

Mi muerte olerá a orina celeste en tu jardín.

Ascenderé la colina brumosa 

para escuchar a Emma pronunciar mi nombre.

Emma del paraíso;

tu cuerpo en algún azul más allá de la blanca torre,

vibrando en la orilla de las rosas húmedas,

rocío y neblina, sobre tu pelo llueven cascadas de pétalos.

El bosque es un telar lleno de esperanza;

los robles dorados cierran los ojos 

cuando mis labios caen al arroyo 

y tu corazón se desvanece en ondas turquesas.

El día comienza a declinar 

y debo regresar al fuerte con tus pies y tus nubes,

abandonándome al polvo y la sombra,

deseando retornar a la isla 

donde nacen rosas y muchachas abandonadas.





CUALQUIER PARTE


Soy más alto que la orilla del mar,

que las hormigas con sombrero

iluminando lo oscuro.

Mordí la fruta del escombro 

y la blanda pulpa de piedra borró el camino

antes de que pudiera cruzar el umbral.

Estoy atrapado aquí;

entre los hombres y los dioses

como cuajada en un bol,

como naipe en la niebla cruzada por un ciego.

Debo morir o vivir en cualquier parte,

violado por la luz.









Todo Es Misterio Si La Vida Es Breve

 

Dicen que llueve

pero sólo contemplo orines

detrás del espejo deshojado.

Las ventanas poseen axilas 

sin apenas envoltura o máscara de barro

como Júpiter mezclado con llaves.

Más allá de la fumata negra del Diablo

todo es misterio si la vida es breve

enloqueciendo en el trapecio

en la niebla a salvo de los hombres.




LONCHEAMOS LAS MEJORES VIEJAS



Loncheamos las mejores viejas

finamente y sin dolor

en marco de plata

desfallecemos la carne ajada

sobre las crines plateadas 

de aquella abuela tejiendo el sabroso fuego

rodeada de jardines

y una tribu de escorpiones 

en el fondo del mar

verdugos implacables

de blanca librea.



DEJEMOS AL ORGASMO SER PÁJARO

 

Los pájaros rodean sus pies

en un escenario nuevo

donde peina el arco iris y caen ciruelas maduras

de los hombres que mueren con las alas abiertas.

No hablemos más, hablamos demasiado.

Dejemos al orgasmo ser pájaro.




LA LLAVE

 



La llave 

viejo limón cansado

en el paraíso de los trenes

con su rancia música de hemorroides

emerge de la niebla volando con musgo fértil

con las tinajas de vino abiertas

y un eco de calcetines

despidiéndose en la lejanía.



PELO PIEDRA

 

Marte y su corcel saliendo de la habitación a través de las grietas 

con las calaveras enredadas en las uñas.

Pelo Piedra esnifa una raya de coca sobre el disco,

es el ídolo de los diputados que pagan en negro a sus criados.

Pelo Piedra construye puentes con los huesos del alma.

Y llora vino, vino tinto

bajo una lluvia que borra dulcemente el alma.




PIANO

 



Piano anclado en mi sábana de barro

desguazado en hojas de parra

tus manos vuelan lejos 

te coloqué sobre los hombros 

en la sombra cargada de compresas 

y la cruz echó raíces en el corazón

formando una muralla de miel 

abrigo de soledad

dulcemente 

lanzado a la intemperie 



AGENDA 2030



Me limpio los mocos con la Agenda 2030

Vomito sobre la Agenda 2030

Me masturbo sobre la Agenda 2030

Escupo sobre la Agenda 2030

Quemo la Agenda 2030

Rompo la Agenda 2030

Coso la Agenda 2030

Me divierto leyendo la Agenda 2030

Ataco la Agenda 2030

Beso a la Agenda 2030

Sodomizo a la Agenda 2030

Me follo a la Agenda 2030

Me enamoro de la Agenda 2030

Repudio la Agenda 2030

Penetro a la Agenda 2030 (sí o sí)

Estoy loco con la Agenda 2030

Me caso con la Agenda 2030

Pinto la Agenda 2030 

Analizo la Agenda 2030

Me visto con la Agenda 2030

Pienso en la Agenda 2030

Tengo hijos con la Agenda 2030

Cocino la Agenda 2030

Obedezco los miércoles a la Agenda 2030

Estoy ilusionado con la Agenda 2030

Te mataré con la Agenda 2030

Te amaré con la Agenda 2030

¿Hablamos de la Agenda 2030?

Izquierdas y derechas unidas por la Agenda 2030

Monarquías y repúblicas defendiendo la Agencia 2030

Bailemos al ritmo de la Agenda 2030

Mis respetos por el Foro de Davos y la Agenda 2030

Me limpio el culo con la Agenda 2030

estupendo papel higiénico.







BLUES AÑEJO

 




El viejo fonógrafo y los botines negros

junto a la ahumada guitarra

de Skip James o Charlie Patton,

sin ancla y sin regreso,

con bramidos fatales

violando a la diosa frágil en cada curva,

porque el whisky de maíz pega duro 

y la virgen es una llama

con cuello de pájaro.

Un trago de ceniza,

un latido sembrado de blues

cuando alcanzas el límite fatal

y entierras los dedos 

en la fresca flor del tabaco.






CHARLIE PATTON (C.Sandre, 2019) {Oil, R.Crumb Copy}



Cuando Las Rosas Se Acaban En West Point

 



Con ojos en los zapatos

abro el cofre lleno de muchachas picoteadas

cuando las rosas se acaban en West Point

y un anciano tuerto toca el violín en el desvencijado carro 

y los niños se pelean en el desagüe del presidente 

y las mariquitas se montan inflando globos en el césped

yo cabalgo la pradera

rodeado por melancólicas doncellas 

esmaltadas y pálidas como vampiras

yo cabalgo sobre la muerte

destruyendo cráneos y amuletos del Diablo 

conjurando un interminable charleston

que Emma baila alegre e indiferente.







LÓPEZ VÁZQUEZ



 

Lo veo caminar

por un templo de guardapolvos

donde el viento arranca sus dientes

hasta crear un eclipse de sol

llenando las bodegas de nubes

las oficinas cubiertas de hierba

con su fino bigote de arcilla.

López Vázquez 

es una noche sangrada de árboles

un resplandor inesperado

de mirada huidiza 

y sombrero silvestre

sobre el camino.

Su habitación nostálgica

posee cubrecamas y naftalina,

tiempo detenido, neblina 

y el corazón atorado entre matojos.

En un recodo, algunos óleos inéditos 

y en la pantalla, fresca arena horadada.

Sobre su frente una balandra en guerra 

y la colonia de un tiempo perdido 

prisionero en un jardín del olvido.












ALFREDO LANDA



                  Alfredo Landa {Carboncillo (C.Sandre, 2008)}


Alfredo Landa 
cabalga por los cines de barrio
como un caballo de arroz
tejiendo espaguetis en una maceta de mar
tan negra como la noche 
porque la muerte es una boina
que nunca pasa de moda 
y una noria hace girar deseos y codos
oliendo a colonia en la soledad del bosque.
Los cervatillos lamen las pestañas de Landa
y brincan por las verdes praderas
junto a crocantes rascacielos untados en anís.
Landa es una bolsa de sábados bajo la manta
labrada con roca anclada del Partenón,
un despertador hecho añicos
desvelando la luz de la ceniza.
Dentro de un pequeño cine
cae una lluvia azul turquesa,
la voz de Landa 
es una conserva de lata recién abierta
y mi alegría al oírlo 
una patata con labios de elefante 
quemando el ojo en la cerradura.
Un día Alfredico emigró hacia el cielo 
sediento de totalidad ante Manolo.
Y yo salí del acantilado 
con ojos de mariposa y cable 
hacia la felicidad.





CANTATA DE AMOR 83





Un leve roce de fuego

y las mejillas ardiendo lentamente 

en mi habitación espermática

donde el vaho y el vidrio masturban la carne vencida 

derramando leche de estrellas sobre el horizonte.

Los escultores son troncos 

chispas de polvo en la lengua de la reina

sobre mi cabeza de pupitre y gorriones.

Abro mis labios y beso a Emma

construyendo un piano de piedra,

sintiendo el chubasco en su boca

al filo del labio.

Quedamente, diviso la bruma entre sus senos

proyectando un péndulo desconocido,

engendrando pájaros entre las hojas de mi ducha.

Entonces cae un relámpago,

una lágrima de mantequilla

y suena el eco verde de un reloj parado

en medio del bosque.


 

Todavía Me Golpeo Contra Las Farolas

 



Todavía me golpeo contra las farolas al mirar los pies de las chicas

cuando cruzo las tinieblas del poder con una máscara de barro

porque la tortura hace que los árboles tengan diecinueve años

y yo estoy fuera del ruedo pasados los cuarenta

sacudiéndome el deseo de morir

entre el silencio de los rostros

para no dejar al espejo crear monstruos 

y afilar la cabeza en la puerta de la serpiente

cuando la ceniza embadurna mi espalda ante el ocaso.

Emma prende su fuego en las olas de mis ojos,

su ciudad es infantil con la mano tendida tiernamente,

porque no sabe del Diablo y es más fuerte que la sombra.

Ella borra el frío y el calor cuando duermo

y alza la cabeza sobre el mar para declinar el sol.

Emma está en todo lo que hago y soy,

pero no sabe de mi existencia 

como yo nunca he pisado las flores incólumes

sobre los ojos abiertos de Dios.



LOS BARCOS SAGRADOS


Monte Cerca de Pinares Venecia (Foto; C.Sandre, 2020) 


Corría la guardia civil por la pared

en busca de los espantapájaros de la familia

antes de entrar en la oscuridad desconocida

apropiadora del lenguaje

bajo pilas de corbatas de atunes

con balas de morcilla en la persiana

para defender el aeródromo deshojado

por el vasto océano de los tiempos felices

y una coleta de hipocresía

tapando los campos de minas

por donde Jesús silba a los náufragos

sagrados del crepúsculo.

Felicísimos aquellos tiempos

cuando Emma brotaba rosas frescas

y cataratas perladas de piel

sobre mi cama de hojas de parra

para despertar del sueño

y mantener una conversación

sin tener que nombrar a Dios o al Diablo

como si las lágrimas de una mujer

fueran el río del caos y el orden

por donde navegar

siempre solo.



LA ESPERA


Cae una compresa del cielo 

aplastando sobre el escalón 

a diez millones de muertos.

El suelo se deshace y crea un agujero

donde mi cerebro asado entre matojos

despliega música de organillo.

Vivo en un país adoctrinado 

lleno de alas de mariposa

prendidas por los hijos del fuego.

Ya no me seducen

los ojos de gata soñadora 

ni el mar de bronce palideciendo 

ante el sacrificio de las torrijas del cielo.

La ladera se esmera en ser hombre 

marioneta absorbida

clavando la corona de Cristo

en cada vena del universo.

Veo un ángel doblado en el tendedor

y a Aby con las piernas en los brazos

al otro lado del océano.









LAS PERLAS DE LA PERSIANA



                      Don Eutanasio (Sanguina) {C.Sandre, 2007} 


Cuando la concha se abre como un ascensor 

tragando las perlas de la persiana,

yo regreso a la hoguera

y las yemas construyen el conocimiento

bajo los ojos azules de la caverna.

Yo regreso sobre mis zapatos

sembrados de misterio ante la cruz humeante,

financiada por extrañas fundaciones

enterradas en la luna.

Regreso y contemplo olas de melocotones

por donde Emma surfea

arrancando anillos de las nubes

para esposar los últimos bosques.

No sirve de nada matarme

y renacer preso en su regazo

preñado de viejos karmas.

Me debo a Cristo

como los pastos a la lluvia,

en guerra perpetua contra el diablo

y mi deseo.




SI YO FUERA NEGRO



 
                                                          Skip James


Si yo fuera negro
con vientos de 120 km/h
la gran roca del bebé hecho pez
sería una casa rubia con orina a parchís
sintiendo lástima en el comedor benéfico 
cuando el asado de lentejas 
lo porta la pezuña de Satán
y la cabeza del francés 
levanta una espesa humareda allá por 1985
con aquellos guantes rojos de voz modulada
confesándome sobre la estatua de Mortadelo en el congreso
masturbando su dosis a los países de la Unión
para activar linfocitos T
y un admirado semidios nos injerte su raíz de plástico 
despertando nuestro lado más tierno 
en un espacio transformado e irreconocible
lleno de marionetas e imbéciles 
donde no conoces ni a tu madre.




NIEVE

 

ZGZ, Macanaz, Muñeco y Niño (Enr.) (Foto; C.Sandre, 2021)


Aislados en su mansión

mis cuernos de ciervo con olor a teléfono 

y una pizza hecha con las risas de los abuelos

se sostienen sin problemas de almacenamiento

tan sólo aposentando el embalaje del gobierno

y un vampiro espacial en los sótanos

tapando banderas debajo de la ducha

para entrar en la tienda

e inocularse la calavera

con los ojos hundidos

aceptando cuando

la sombra se va de este mundo

bajo la cremallera de los latidos del corazón

y toda la nieve pide cita

presa del pánico

como individuo desnudo

ante el diablo.


ZGZ, Macanaz Estatua (Enr.) (Foto;C.Sandre, 2021)