Zaragoza, Paseo Independencia, Dic.2021 (Foto; Germán Martínez)
Últimas fiestas antes de partir hacia la serpiente emplumada.
Un hombre camina solo
y el semen de los dioses congela su cabeza.
Los labios del mejillón crecen
bajo la cortante helada
y la niebla quema un muerto.
La Navidad es un yo-yo destemplado
que se estira y vuelve hasta formar una columna desnuda.
La ciudad refulge su camisón de cruces invertidas
y año tras año mis lóbregos presagios se cristalizan.
La población yace sumida en un denso letargo,
divididos a cada lado de la serpiente,
mientras el Diablo forma un mismo fuego,
escribiendo sobre el suelo;
Feliz Satanás.