No cuelgues
el café que sale del huevo
ni el
unicornio demente que respira suicidio cargado de ensueños.
Estoy solo
como tú
con mi
cometa hecha ceniza
sin horario
y fatigado del silencio
despierto
por el retumbar de las nubes dentro de la maceta.
Con
tristeza milenaria retiro la espuma de las silabas
y olvido la
noche en que fui cercado por alambradas.
He vuelto a
mi país y me parece más bello que nunca;
el crepúsculo
cae por las colinas y la navidad es fría y heladora,
como debe
ser, como siempre debió ser.
He roto las
cuerdas de mi guitarra para decorarla,
sin embargo
escucho a alguien tocando blues en el lavabo.
Espío por
entre la puerta y veo a un negro de ojos azules
junto al
diablo mirándome fijamente.
He de
volver a vivir
e inventarme una razón más allá de la muerte.
.