MANIATADO


Agachado desnudo
lleno de miel y esperma
caigo en cascadas
fluyendo entre brechas varadas
por un decorado sin actores
donde arden sombreros de copa
y los labios de José Manuel Parada
masa larga y estirada del edificio
por el Esteso hombro de los vientres navales.
Vino un sol híspido, una rubia máscara
con pie y levadura fulminada
meneando las marcianas
quebrando nuestra voz durmiente
ante la sabiduría de una muerte profunda
siendo piedras orquestadas
por la risa del diablo
y su campana de cáñamo
en aquellos atardeceres
dorados de petazetas
como sueños extraviados
de un hombre maniatado
perdiendo la luz
fraterna e infinita.