Un
silencio
esculpió la drogada presencia del Doctor Livingstone
incendiando mis
sábanas con una cerilla,
después una vieja loca interrumpió la partida de bolos
amargando los días y las noches
como una carracla martilleando mi cerebro,
pero cuando la sed hizo presencia
del
sexo de mi ex-novia goteó un barniz secreto
usado por antiguos pintores
flamencos
mojando las catedrales y los consorcios.
Las tapas de anchoas
embellecidas en misteriosas tiendas de
antigüedades
se carbonizaban por la judería,
bajo el amargo twist
bailado por
los Dioses de ojos rojos.
El aire es más fresco
en esta zona de Zaragoza,
haga frío o calor.
(de "Vida Sabática")