El Ojo de Nathalie
Ella arde en el horizonte sobre una carta de tarot
bajo una estatua de fresa
como tobogán desplomado
en hondas esponjas y trompas de azúcar
sus rosas cuelgan de la antorcha
cerca de su ojo laberinto
vestida con una camisa hecha de barba
mece la montaña
para sangrar las pizzerías de la calle langostino
el año que volvimos a ser luna
bajo una pirámide de motos
como cuaderno de caligrafía
asándose en su jugo
su ojo iridiscente
miel azul
moneda rosa del árbol
era el mismo color que yo pintaba
en eterna espera
por un amor desconocido.
Un color que posee la pureza del cielo y la hondura de diez océanos, como la mirada que se asoma a tu ventana poética.
ResponderEliminarSabe dulce esta miel azul.
Abrazos,
Rosa.
Qué hermoso comentario, Rosa, y un honor para mí tu presencia en este manicomio que llaman blog.
Tu poesía para mí siempre es miel.
Abrazos,
Cristián.