Ten mis ojos velero tigre
encendido en la tiniebla
errante entre tus manos
junto a la degollada orilla
de un río de sudores
y arquitectos con bonitas caderas
al pie de las adelfas.
He regresado al bosque invernal
a beber whisky con el ciervo
y alzar mis oraciones al cielo
con voz de bambú
para que después me despedaces
con el buitre al acecho.
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