Rockefeller diosa de la diarrea
con los codos acaricias una perra llamada Gibraltar
persiguiendo en el bosque a los payasos
y a las minorías sin colectivo sabroso
arrastrando sombreros de copa y barcas vacías
hacia lejanos ostracismos donde recojo la luz del alma
separándonos como cercas
sabiendo que ya no llegará la primavera
porque somos abortos para tu dios Moloch sediento de cachorros inocentes
ante la inmensidad de la nada y la impiedad de tu séquito
anhelando el retorno del Toro de Fuego
y sus dulces cantos de arpa.
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