Junto a una virgen dormida,
el caballero sigue confiando en la vida.
El lecho de hierba donde se tumban
es una inmensa cabellera verde.
El caballero golpea las estrellas
y al caer forma con ellas una manta
para arropar con chispas de luz a su amada,
pero, al alba, ella es sólo
una pila incinerada.
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