LOS DÍAS VIENEN Y VAN

 


Los días vienen y van

dejando un rastro de luz mortecina

mientras me entretengo en mis sueños

con templos idos y diosas talladas

al margen de los años sin fortuna

surcados por lápidas de agua 

y arrugas en la soledad del invierno

comprendiendo que un día 

mis gusanos viajarán al sol

atravesando la garganta oblicua 

de los rótulos celestes 

y que sin compañía 

recordaré mis sueños desmoronados

como una estatua de sal.










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