LA CALMA DE LA TARDE

 


No pronuncio tu nombre 

porque se me tiñen los labios

y una llamarada me separa del cielo 

con un fresco olor a tierra mojada

cuando el tigre es un viento delgado

encadenado por los años

y me trago la torre con sabor cáustico

que purifica mi lengua 

abriendo la calma de la tarde.

















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