EMMA ERA DALILA



La luna llena ilumina el camino,

los árboles crecen al revés en este mundo

y sus raíces se pierden en el viento

susurrando canciones antiguas.

Soy un hombre solitario con un clavo en la cabeza

y un manto oscuro hacia nuevos horizontes.

No temo a la dureza de la vida,

pues las rocas se convierten en suaves almohadas a mi paso.

Además mis lágrimas son cristales que se derriten al sol

y su sabor es dulce como la miel de las abejas.

El demonio habla un lenguaje secreto

e ilumina la noche con su brillo plateado.

¿Qué harias tú si supieras el secreto de mi fuerza?

Me bañaría en el fuego del sol y en el hielo de la luna

y volaría en el viento como un pájaro de luz,

porque soy un acordeón prensado por un molino

al ritmo de una melodía sin fin.

Emma era Dalila cuando al principio todo era oscuridad

y las sombras se alargaban como dedos fantasmales

guiándonos por el camino del misterio.

Ahora te he perdido y el mundo se ha convertido en un lugar pequeño,

en un bar solitario y sucio de farola anochecida.


















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