EL BUEN MISÁNTROPO

 


Como el pato en el desagüe sabiendo que todo el mundo lo mira,

el sol se esconde detrás de las montañas conspirando contra mí.

Las sombras se multiplican y se peinan con mantequilla,

mientras la humanidad es una plaga que infecta todo lo que toca.

La luna se funde en un melancólico charco de estrellas 

y ese agua lunar es el agua de tu sexo.

Las nubes lloran lágrimas de pintura en el lienzo del cielo,

cayendo sobre los hombres que crean censuras en los medios.

Me gusta estar solo y en mi cabeza hay un huevo

que es el mayor demócrata del mundo,

pues desprecia a cada hombre y mujer por igual.

El sol es una naranja que llora un laberinto sin salida.

Soy el buen misántropo y no deseo el dolor de nadie, 

tan sólo ambiciono vivir lejos y en paz.

Las estrellas se funden en mi boca formando un nervioso pájaro negro.

El mundo seria un lugar hermoso si no fuera por la gente.

El corazón me late al revés cuando el mar me habla de antiguos sueños.

Soy el buen misántropo y no entiendo nada de lo que me rodea.

Los edificios son jirafas gigantes

y las flores labios silbando extrañas melodías.

La soledad es mi aliada, su silencio me susurra secretos cósmicos

y con una bicicleta estática aterrizo entre el polvo del planeta errante.

La gravedad me abraza como una madre

y en medio de la nada, encuentro la plenitud.

Soy el buen misántropo, bautizando con mi saliva el sexo de las estrellas.

La humanidad me ha decepcionado, ya no confío en ella.

Mi mente se adentra en misterios ocultos

y la humanidad se desvanece ardiendo lentamente.












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