EL PAPA ES DE SUMERIA

 


El Papa de Roma porta un pez en la cabeza,

marino, majestuoso y colorido,

reposa orgulloso sobre su cráneo abatido.

El Papa de Roma, con su pez coronado,

enciende las mentes, despierta lo olvidado.

El Papa trepa por los techos de la capilla, saca la lengua y caen pedazos de arcilla.

Los fieles quedan atónitos, sin comprender,

mientras el Papa se ríe, sin miedo a perder.

El Papa de Roma es de Sumeria,

su historia se extiende como una epopeya.

El Papa de Roma es de Sumeria,

convence a sus fieles, los lleva a la histeria.

Sus escamas relucen, reflejo del sol ardiente,

mientras el Papa camina, sereno e indiferente.

La gente se detiene, confundida y perpleja,

mientras el Papa les pega una buena colleja.

El Papa de Roma es de Sumeria, 

separa y divide alma y materia.

El Papa de Roma es de Sumeria,

su pez nada libre por la vieja Iberia.

El Papa de Roma y los protestantes 

tan lejos de Jesús, al que yo soy constante.

El Papa de Roma con su pez maloliente, 

sacando y metiendo su lengua de serpiente.











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