Un salchichón truena en el cielo
tratando de gritar y moldear el espacio
repleto de memorias inconexas
hasta empapar el cristal
con la fría luz desvaneciéndose
posándose en los dientes
transformando el viento en una fresca jaula
que se apaga poco a poco
mientras el hombre se esconde en el silencio de la nevera
y la pulpa lluviosa forma una cuajada cruzando la ventana
para descubrir que tu único amor es un perro ajeno
que arde triste por la ciudad
manteniendo su llama bajo la lluvia
empecinado a encarar el viento por un espacio azul
cuya punta filosa se alarga
porque las gotas son pezones retorciéndose en la lluvia
al temblor de la cuerda donde tiendo la ropa y las venas
mientras camino por las calles del tiempo
cubiertas de amapolas y calaveras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario