ACRIDIDAE GIGANTE



La langosta gigante entró por la ventana del piano imaginario
reptando y volando envuelta en una nube de oro
con el cabello de Jack Torrance a rastras
en sus patas mecánicas
y sus alas caían sobre un conservatorio de ángeles
con toda la miseria a cuestas
sobre el asiento de los ojos vacíos
y el órgano del topo duro huía por la barbacoa
manteniendo el fuego del pasado donde asar la lluvia
a solas en encarnizada lucha fraticida
formaba muebles imaginarios
y un amigo sin rostro llamado Piedra.
Fue expulsada hacia otro condominio
por el niño bárbaro europeo
atrapado en la contaminada costa de Lima.
Tiempo después sobrevino una hambruna
en el campo de concentración Nº 39
y el diablo continuó fumando tranquilo en una esquina
cuarteando su piel negra de serpiente
bajo una obsoleta constelación de cables.

2 comentarios:

  1. Interesante poema, Cristián. Tengo la impresión de que se ha gestado a partir de un hecho anecdótico, como es la visión de un insecto. A partir de ahí, tu imaginación ha ido creando todo un entramado de símbolos para reconstruir una historia personal.

    Me ha gustado leerte, amigo.

    Abrazos.

    Rosa.

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    1. Querida Rosa de Marzo, eres tan intuitiva...fue un hecho real; sostuve una lucha dramática con una gigante que ni en google he hallado de tal tamaño; necesité tres intentos para defenestrarla y saliera volando..pero vencí.

      Un abrazo Rosa,
      bienvenida de nuevo.

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