Yo intento besarte y besarte,
rozarte y tocarte,
pero mis besos se deslizan
porque en tus mejillas flotan torrijas.
Torrijas dulces de leche,
carnecita fresca que me estremece.
Dos peces nadan entre tus pies,
como yo nado entre tu carne
hecha de cuajada con miel.
Tus pies son quesitos,
quesitos del caserío,
un susurro de leche
que me llama entre el rocío.
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