Barbara Britton, Randolph Scott & Dorothy Hart
El ministerio de café chorrea ojos
para erigir un teatro del mundo
contemplado desde un sillón lúdico
mientras suena la vieja radio llena de grasa
y los tebeos solares despegan sus hojas
de la nuca de la rosa
y el pino se hace viejo en el callejón
manipulado por la nostalgia
de la inflación emocional
vamos recogiendo los enseres
para viajar a la frontera
cuya cabeza huele a precipicio
cuando caigan los hombres en el saco
y Emma mueva la cortina
arrastrando todo lo demás,
acudiré a despedirme,
lánguidamente,
entre la niebla.
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