El obeso en el palmar se cristaliza el cadáver
no entiendo el sentido de la entrada del abecedario
donde dejo mis genitales cada día
decreto del cajón y el féretro del sol
cayendo debajo de mis zapatos
la lluvia ha llegado para quedarse
como Emma acompañada de tormentas y lavanda
y el viento se convierte en una casa llena de dulces
me subo a una banqueta
me convierto en jovencita
la vaca muerta está morreándose
con el hombre vacío
mi hijo tiene veinticinco manos
eso me hundió
me lo imaginé metiéndose
un templo en la vena
pero yo no tengo hijos
soy un café
patrocinando este espacio
vacío
y no tiene solución
no lograréis darle la vuelta a la vaca
sois muy pocos
cuando Dios ronca
y Biden cierra sus ojos
recreando la serpiente roja
en la noche de Göbleki Tepe.
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