No cuelgues
el café que sale del huevo
ni el
unicornio demente que respira suicidio cargado de ensueños.
Estoy solo
como tú
con mi
cometa hecha ceniza
sin horario
y fatigado del silencio
despierto
por el retumbar de las nubes dentro de la maceta.
Con
tristeza milenaria retiro la espuma de las silabas
y olvido la
noche en que fui cercado por alambradas.
He vuelto a
mi país y me parece más bello que nunca;
el crepúsculo
cae por las colinas y la navidad es fría y heladora,
como debe
ser, como siempre debió ser.
He roto las
cuerdas de mi guitarra para decorarla,
sin embargo
escucho a alguien tocando blues en el lavabo.
Espío por
entre la puerta y veo a un negro de ojos azules
junto al
diablo mirándome fijamente.
He de
volver a vivir
e inventarme una razón más allá de la muerte.
.
Hola, Cristián:
ResponderEliminar"Retorno" parece simbolizar no solo un regreso geográfico, sino una búsqueda interior, una necesidad de recomponer las cuerdas rotas de la voluntad, de tomar las riendas de la propia vida, un resurgimiento personal. Esa es mi impresión al leer el poema.
Me ha gustado mucho, amigo.
Un gran abrazo.
Hola Rosa,
ResponderEliminarSiempre aciertas tan bien; he regresado de mi estancia en Lima a Zaragoza, mi tierra; de las alambradas y contaminación de Perú a la conflictiva pero de cielo azulado, España. Mi regreso ha despertado un reconocimiento y querencia por mi país. También, a nivel personal la aceptación de mi destino y carácter como camino para hacer lo que tenga que hacer. Ya no hay más huidas. Es un resurgimiento, difícil y duro, un retorno sin máscara.
Mi abrazo Rosa,
tu presencia ahora más cercana me abriga.