OTROS VERANOS

 


No soporto el destello de la serpiente

en la urdimbre de una mujer de mármol 

porque en ella no crece la rosa al acariciar su seno

ni se restriegan los astros en mis dedos 

como en aquellas noches iluminadas con tu sombra 

cuando los dos éramos jóvenes

y pensábamos que habría otros veranos.

 















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