REGALAR MARIPOSAS



La mariposa nace y muere,

se transforma,

tiene los miembros cambiados de sitio,

pero un gladiador en el oído 

me despierta de golpe

en la puerta de un volcán,

para ver si encuentro mi reino perdido,

amaneciendo en extraños levantes

para regalar mariposas 

a una mujer ausente.
















EL BORDE LÍQUIDO


 

El silencio es una culebra 

que mastica la sombra del sol,

pero tú me iluminas

cuando acaricio el borde líquido 

de la luna en el agua.

Estás hecha para mí

y no te asustan mis llamas

ni las nieves que guardo en el bolsillo,

pero estás lejos

con tus pétalos mojados

y un péndulo para guiarme 

al infinito verde de tus ojos.












PAN CALIENTE

 


Aunque me asomo al balcón 

en medio de la noche,

sigo sin descifrar los rostros 

que se ocultan en ti,

pero sé que te conozco 

de otros mundos vividos 

y hay pan caliente en tu zapato 

y unos relojes en tu boca 

deshaciendo el tiempo que nos queda.















LA SOMBRA EN SU JAULA

 


La sombra en su jaula

mira las estrellas en el jardín.

La mariposa danza 

desvaneciéndose como un sueño 

y la eternidad es un párpado

abriendo su cortina hacia la otra orilla.

Pronto cruzaré

más allá del blanco luminoso

y te rezaré ante un sepulcro de marfil.















EL PODER

 


Saltan los tornillos del bosque 

como nervios crispados 

ante los graves comensales

es un oleaje resplandeciente

pero mi sombra está torcida

en un círculo de fuego

y no siento la corona sobre mi sien

donde se oculta el verano ido  

porque ella ostenta 

el poder del abismo 

en cada pie.
















LA SILLA VACÍA



Un soplo de hielo 

y nuestras máscaras se desencajan en el naufragio

quebrando nuestro pacto misterioso 

advirtiendo en tus ojos un hueco silencioso

un débil garaje hecho de pañuelos

por donde pasan los coches saltando los muros 

dejándote sola y turbulenta 

con la fragancia de tu carne golpeando la puerta.

No habrá otro final que la tragedia

formando un abrigo de sangre

con tus piernas enroscadas como serpientes

con tus pies restregando mi boca mí nariz mis ojos

con tu cueva abierta 

humedeciendo la luna tras el cristal.

Fuera, en la ventana, llueven manos 

y crepitan las ramas.

No debiste enseñar en público 

aquella foto en la silla, descalza y altiva.

Nuestro tiempo es limitado

como un inquieto huésped de la lluvia.
















NAVEGANTE

 


Cuando el viento sopla,

echo al mar mis labios 

y todos los poemas se convierten en peces.

Soy un navegante desconocido

y mi faro es un árbol sin raíces,

perdido en la noche tórrida

frente a la estrella.

Estoy tranquilo,

renaciendo en cada rayo 

de esta brisa fresca,

aún sabiendo que tu silla vacía 

arde en las entrañas de un volcán.













HACIENDO UN NUDO

 


Es el tiempo del verano

pero tu carne está lejos y encendida

mientras los sueños se derrumban

entre las mesas del colegio

yo voy corriendo hacia la luz

sobre una ola 

haciendo un nudo 

hasta nacerte.
















HURACÁN

 

Escucho

el gotear de los grifos

bajo las llamas del vino que llueve 

y la luz del relámpago 

desvelando tu esqueleto.

Estás muy cerca,

puedo sentirlo,

ahora que vuelvo a ser niño 

y el verano despliega su reino.

Pero, por favor, date prisa

o nuestras sombras se irán 

como se fueron las mariposas 

tras el último huracán.












TAMBORES

 


El helado respira lleno de voz

en el abanico de la nuca

y aunque el cielo de verano es limpio 

escucho el chillido del autómata

en un frasco líquido.

No invoco a las ninfas 

y sé que me esperabais en casa 

arrojado a las bestias 

pero soy un lobo bajo la lluvia 

y he rallado los sombreros hasta hacer humaredas.

En la noche hay tambores 

y ella está al final del laberinto

como una torre silenciosa

que sueña con el mar.















LA TRAVESÍA ES UN TRAVESTI

 


La travesía es un travesti 

que te golpea sobre un tambor 

hasta convertir la ternura en ternera

los barrotes en legumbres

y la voz cremosa de Emma

en dos hemisferios verdes

donde el viento y el ajedrez

han aprendido su oficio

y las hélices me salpican 

la vida a borbotones.















ELECTRICISTA DEL RÍO

 


En las orillas del río cayó una estrella

como un objeto perdido

como la hierba de un ángel capturado

que se deshace en el aire 

brizna a brizna

chispa a chispa 

en el ardiente fulgor de su luz

y como electricista debo reparar

el corazón de la estrella

la empalizada rota

en el cabello Emma

para que ningún barco se estrelle

contra la orilla del río 

y su luz me ilumine

caminando entre tinieblas.