PAN CALIENTE

 


Aunque me asomo al balcón 

en medio de la noche,

sigo sin descifrar los rostros 

que se ocultan en ti,

pero sé que te conozco 

de otros mundos vividos 

y hay pan caliente en tu zapato 

y unos relojes en tu boca 

deshaciendo el tiempo que nos queda.















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