El cuello sirve para tejer
los besos en la sombra los estantes de la nada
donde descansan las cabezas en su naufragio
que miran para otro lado
cuando Oriente se dilata como una puta
esperando el día en que te mueras
y el cuello se parta por la risa
con sorda y terca voluntad
de ser aniquilado.
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