GLÁNDULA PINEAL

 


Desde Sumeria al Papado,

pasando por Egipto,

custodiando las embajadas militares,

sosteniendo la mesa de los Castevet,

las piñas desentierran sus huesos tallados 

y el reloj se funde en una nube de fuego

traspasando las barreras de lo tangible,

cortando los dedos del horizonte en enigmas mágicos,

chapoteando lejos de nuestro turbio entendimiento.














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